Por: Misraim Olea
Hugo López- Gatell Ramírez ha cumplido a cabalidad la función que se le asignó, cubrirle la espalda al Presidente.
Las vocerías son usadas para tocar los temas que desgastarían a quienes representan, responder y ser parapeto ante la embestida de la oposición o de quienes hacen cuestionamientos.
El epidemiólogo López-Gatell ha enfrentado la pandemia por COVID-19 con dificultades por el reciente recorte de personal en la Secretaría de Salud Federal, entre los que se encontraban médicos experimentados que habían combatido de manera exitosa el H1N1; a los medios de comunicación que ha sabido enfrentar con sus recursos como docente y su innegable carisma, que le han facilitado lidiar con reporteros y periodistas. Es el comunicador más importante de la “cuatrote”, después de AMLO y de quien se apoyan para desviar la atención de los temas importantes, como el reclamo del bloque de gobernadores quienes recientemente lo hicieron objetivo de sus baterías políticas, al solicitar su renuncia en la Secretaría de Salud. Hugo López-Gatell ha enfrentado, en nombre de AMLO y en defensa de la 4T, a sus propios conocimientos; en diversas ocasiones de manera pública ha sido víctima del autoritarismo del presidente al hacerlo recular en acciones preventivas como el uso obligatorio del cubrebocas.
La estrella de estos meses cumplió a cabalidad su cometido, quitarle los golpes al presidente, encabezar y defender una fallida estrategia y dar como ofrenda su credibilidad. La historia le dará la razón a cada quien, por el bien de López-Gatell, esperemos que a él lo absuelva.