Por Misraim Olea
Este domingo 10 de enero se registró como precandidato único del Partido Revolucionario Institucional al gobierno de Guerrero Mario Moreno Arcos, quien fuera Secretario de Desarrollo Social con Héctor Astudillo, hasta noviembre de 2020.
Moreno Arcos ha sido dos veces alcalde de Chilpancingo, dos veces diputado federal y diputado local, tiene una amplia experiencia en la administración pública y es la propuesta del tricolor guerrerense para encabezar la alianza PRI-PRD.
La selección de su candidatura generó expectativa en la población interesada en la política; dicen algunos que las negociaciones y los resultados de estas se reflejan en el registro del candidato, en su discurso y sus acompañantes.
Por eso, luego de este día habrá interpretaciones a diestra y siniestra.
Algunas voces proyectaban una fractura, pero lo que se vio hoy en el evento de registro fue totalmente contrario; tersa y superando las expectativas, se presentó a un candidato bien arropado.
Para fortuna de las y los priistas, quienes aspiraban a encabezar la candidatura tienen altura de miras, madurez política y amor por Guerrero; elementos que los identifican y que les obliga a pensar primero en el proyecto.
El proceso de elección de candidato de 2011 dejó clara una cosa, separados no se gana; por ello, quienes participaron en la toma de decisiones y negociaciones tejen fino para evitar rupturas, ceden para mantener la unidad y pierden un poco para ganar.
Para ellos este proceso no es nada nuevo, El PRI los ha formado para saber qué pedir, qué exigir y qué asunto no tocar.
El PRI seguirá siendo el PRI y como las sandías en la caja, en el transcurso del camino se irán acomodando.
Aún faltan días para poder echar las campanas al vuelo, pero el primer paso está dado, el PRI fiel a las formas que le han dado resultado, inició la cargada y engrasa la maquinaria para ganar.