Por: Juan José Contreras Lara
En medio del ruido mediático de los últimos días, entre el que destaca esa zorruna ocurrencia presidencial de falsamente sortear, aunque también lo ha llamado “rifar”, el avión presidencial, se han quedado rezagados los temas realmente sensibles para el país.
Es obvia la intencionalidad del presidente. Luego de veinte años de campaña, dieciocho como aspirante y dos ya en el poder, el tabasqueño conoce perfectamente qué sensibles fibras mover a su gente para que mantengan su fe en él y continúen apoyándolo. Ese es el control del segmento duro del lopezobradorismo, que no del morenismo, que es otra cosa diferente.
Por ello no deja de lado el tema del avión y otros más, pues son sus herramientas de manipulación y control de masas. El asunto del famoso avión le sigue siendo rentable, aunque esa aeronave ya va quedando bastante rezagada en el mercado porque es de modelo atrasado y por ello ya no es de las más caras y mucho menos de las mejor equipadas del mundo.
Muy a diferencia de las cortinas de humo federales cargadas de intencionalidad política, donde se procura vivir la realidad, no por opción, sino porque realmente no existe alternativa, es en Guerrero.
En Guerrero, estado en el que la voluntad de lucha está históricamente arraigado, se deja de lado eso de pelearse todos los días, con todos y al mismo tiempo y por el contrario, en nuestra entidad se aprecia una genuina preocupación por abatir los efectos adversos de la pandemia y simultáneamente operar para evitar no solo que la exigua economía que tenemos se nos vaya de las manos,
sino para reactivarla lo que más se pueda, sobre todo en el componente turístico.
En eso es evidente que está enfocado cotidianamente el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien recientemente compartió con detalle el real y nada halagador, panorama económico del estado.
Señaló el ejecutivo local que los efectos pandémicos en nuestra entidad en materia de economía han sido devastadores. Han significado el cierre permanente de más de cinco mil empresas de todos los tamaños, con la pérdida de más de veinte mil empleos, situación que ha afectado en términos reales a más de cien mil guerrerenses.
Es por ello que luego de detallar que el estado continuará en semáforo amarillo hasta el domingo 20 de septiembre, para aprovechar el feriado patrio y la tradicional afluencia turística, con medidas sanitarias que serán permanentemente vigiladas, anticipó que a partir del lunes 21 se regresará a las restricciones del semáforo naranja.
Echa mano de esa capacidad de maniobra para tratar de equilibrar el abatimiento de la pandemia, con impulso a la actividad económica, recurriendo a todas las instancias y gestiones necesarias para procurarle los muy peleados y escasos recursos disponibles. También, y esto es coyuntural, para estar atento a lo que viene con las negociaciones y el cabildeo previo al análisis y aprobación del presupuesto para 2021, uno de los más acotados y restrictivos de la historia.
¿Cómo el ciudadano puede coadyuvar a la recuperación? En estos momentos con una acción muy simple: toma de conciencia. Usar correctamente el cubrebocas y cumplir con todas las medidas
sanitarias por parte de todos, permitirá superar los picos pandémicos y recuperar la economía. Y hay que hacerlo sin excepción. No hay de otra.