OPINIÓN | MORENA y el cisma que viene

Por: Misraim Olea Echeverría

MORENA se prepara, desde 2019, para cambiar su dirigencia nacional. El Partido creado por el Presidente López Obrador y que en 2014 obtuvo su registro, no ha logrado ponerse de acuerdo para hacer el cambio de estafeta.

El Movimiento de Regeneración Nacional surgió en 2011, como estructura alterna al PRD; luego de que los liderazgos de este partido respaldaran las reformas estructurales de Peña Nieto y firmaran el Pacto por México, MORENA, encabezado por Andrés Manuel López Obrador se organizó con diferentes liderazgos para constituirse como Asociación Civil y posteriormente como Partido Político Nacional.

En 4 años MORENA logró ser mayoría en ambas cámaras, ganó seis gobiernos estatales y la Presidencia de la República; el innegable liderazgo de López Obrador les permitió en 2018, literalmente, arrasar en las urnas, ganando también congresos locales y alcaldías.

A 6 años de su fundación, MORENA atraviesa una crisis por el cambio de dirigencia, resultado de la composición personalista que tiene como fundamento, guía y ruta el Obradorismo.

La actitud pragmática del partido y de sus integrantes ha generado enfrentamientos internos que desembocaron en un congreso extraordinario en contra de la ex presidenta del Partido Yeidckol Polevnsky, que la obligó a salir de la presidencia dejando en el cargo al ex líder barzonista Alfonso Ramírez Cuéllar.

Pareciera que con Ramírez Cuéllar al frente por fin el partido logró encontrar la forma de elegir a una nueva dirigencia nacional, a través de una encuesta abierta vía telefónica, que dará los resultados el 10 de octubre. Para participar en dicha encuesta se han registrado
¡100 aspirantes! 47 que buscan la Presidencia del partido y 53 la secretaría general.

Los desencuentros entre los liderazgos de MORENA, la cantidad de aspirantes a dirigir el partido, la falta de coordinación y la ausencia de acuerdos, son una clara muestra de su baja institucionalidad, que además, por una visible falta de definición ideológica ha permitido que cada quien al interior interprete a su manera el Obradorismo, que sin problemas se adapta a la izquierda, a la derecha o al centro.

Otro factor que influye en la falta de acuerdos es la ausencia de un liderazgo apoyado e impulsado por López Obrador, no hay un visible sucesor, solo cabezas de grupo y son tantos que es difícil regirse bajo una misma dirección.

MORENA, con un Presidente de la República, 251 diputados federales, 59 senadores, 6 gobiernos estatales, 346 alcaldías, y 405 diputados locales ha pasado a ser la primera fuerza política de México, razón por la cual algunos aspirantes ven en ese partido la opción para obtener un cargo de elección popular.

En 91 años el PRI se adaptó y orillado por las nuevas realidades y generaciones, cambió. Es decir al PRI lo cambió la realidad; en MORENA a 6 años de su fundación hablan de un cambio, al Movimiento de Regeneración Nacional lo está cambiando el poder.

La elección de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados fue una primera llamada, en ese movimiento hay más obradoristas que el propio Obrador. Los “demócratas” del PRI se fueron al PRD, los “incorruptibles” del Partido del Sol Azteca se fueron a MORENA ¿quiénes, con qué nombre y a dónde se irán los inconformes en el cisma que se avecina?

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