Por: Misraim Olea
El Semáforo de riesgo epidemiológico es un sistema de monitoreo implementado por el gobierno federal como herramienta para ayudar en la estrategia para disminuir los contagios de COVID-19, este semáforo permite a los gobiernos estatales controlar las actividades de la sociedad de acuerdo al nivel del riesgo de contagio.
Entre otros indicadores, los casos positivos, las defunciones y la ocupación de camas determinan el color de semáforo en el que se encuentra un estado. Actualmente 2 estados se ubican en semáforo rojo, Guerrero junto a 13 estados más se encuentran en naranja, en amarillo hay 14 estados y Chiapas y Campeche se mantienen en semáforo verde.
En Guerrero, mantenerse en naranja ha sido un esfuerzo del gobierno estatal, de empresarios, prestadores de servicios y de la sociedad civil que se ha sumado a respetar las acciones como el uso del cubre bocas, que ayuda a disminuir los contagios.
En nuestro estado, por su vocación turística está expuesto continuamente a contagios por vacacionistas que visitan los centros turísticos y no cumplen con las medidas sanitarias.
Del turismo que llega a Guerrero, la mayoría proviene de la Ciudad de México, en donde, para evitar que las actividades del Presidente López Obrador y sus intereses políticos se vean afectadas, han realizado una infinidad de ajustes a las actividades con la finalidad de no regresar a semáforo rojo.
El semáforo epidemiológico rojo en la capital significaría de nueva cuenta una parálisis política al proyecto de López Obrador en pleno proceso electoral, ademas retrasaría las acciones programadas desde las cámaras.
A costa de miles de vidas y el aumento de contagios, el gobierno de CDMX ha tenido que ceder a los caprichos del Gobierno Federal y ha evadido la posibilidad de suspender actividades no esenciales con la finalidad de aumentar los contagios.
Por su parte, gobierno de Guerrero ha tenido que ir en contra de la tradición y ha suspendido actividades que si bien son parte de la cultura, significaban aglomeraciones multitudinarias.
En la Ciudad de México ha habido un relajamiento de las medidas y estas sin duda impactarán en el resto del país.
Sin vacuna y sin otra opción para generar economía nos queda continuar aplicando la sana distancia, usar cubre bocas y seguir cuidando a la familia.