Misraim Olea Echeverría
El año 2020 nos deja aprendizajes de la manera más difícil; entendimos el mundo de una manera distinta y que sólo habíamos visto e imaginado a través de películas de Hollywood.
La diferencia de lo que vivimos en 2020 con las películas hollywoodenses es que en las cintas vemos el mundo desde el punto de vista del héroe o heroína; quienes sobreviven, enfrentan con valor la pérdida y salen adelante con cuchillo en mano y en soledad.
En las películas vemos tiendas abandonadas, ciudades destruidas, coches arrumbados, edificios en pedazos; pero nunca supimos de los dueños de esos carros, quienes habitaban los edificios, las ciudades ni que fue de los dueños de las tiendas.
2020 nos enseñó que enfrentar la pérdida de un ser querido requiere más que valor y que el cuchillo en mano no ayuda nada cuando la soledad abraza.
En el año que termina vimos el sufrimiento de quienes tienen que cerrar sus tiendas, que si le ciudades están abandonados es porque el personal que le da mantenimiento no tiene empleo. Las películas de Hollywood no se acercan en lo más mínimo a lo padecido este año pandémico.
Nos resta mirar atrás y aprender el valor de lo que somos como sociedad en conjunto, entender la fragilidad de la vida, y que solos es más difícil enfrentar o adversidad. 2021 se debe comenzar con la experiencia adquirida, más fuertes juntos, más unidos todos y más comprometidos entre si.
